(Metamorfosis de un político)
Que absurdo, nunca a los que están en el poder les ha
gustado la crítica, son más proclives a las adulaciones. Incluso aquellos que
políticamente tienen un historial de opositores y filosos cuestionadores cuando
estaban fuera del poder, se vuelven conservadores y protectores de la clase
política que representan cuando están empoderados, vean por ejemplo el caso de
los panistas y perredistas o aquellos líderes de partido o de sindicatos que
llevan décadas aferrados al control. Arribar al poder y mantenerse por mucho tiempo
en él requiere como hemos visto, de una red de complicidades harto sospechosas
con personajes siniestros o amistades cómplices compuestas por círculos de
favoritos, cortesanos que te hablan bonito, te dicen aquello que te agrada
escuchar. Esos animales de la política son intolerantes y se adornan con la
siguiente retórica: “Bienvenida la crítica si es para construir”. Eso se llama
escupir hacia arriba. El traje de "revolucionario" queda bien, justo
a la medida cuando eres opositor al poder que no tienes, pero cuando ya tienes
poder este traje se vuelve una camisa de fuerza y termina por estorbarte,
rápidamente lo tiras. Así es la metamorfosis en el poder. Muchos Gregorios
Samsa se despiertan cada mañana de sus sobresaltados sueños y corroboran que se
han convertido en unos repugnantes bichos (H.F)©
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