jueves, 6 de noviembre de 2014

AMORES PERROS

(Razones que no convencen)

No cabe duda que la retórica es el arma mortal de los políticos. La forma en que ahora salen a justificar las acciones que en su momento tomaron la dirigencia del PRD y líderes Nueva Izquierda, Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Guadalupe Acosta Naranjo, Miguel Alonso Raya y Miguel Barbosa, todos integrantes del grupo de “Los Chuchos” en torno a la candidatura de José Luis Abarca a la alcaldía de Iguala y la candidatura de María de los Ángeles Pineda a consejera estatal del PRD, evidencia la contradicción de uno de los argumentos centrales que pesa sobre ellos: Primero asumen la responsabilidad de haber llevado a la candidatura a dicho personaje y admiten que (¿fueron omisos?) no indagaron sobre los nexos criminales de Abarca. Segundo, afirman que el PRD “no está vinculado con los Abarca, ni los protegió, ni los escondió en Iztapalapa”.

Hay razones que resultan insuficientes cuando la sospecha es más grande que tus argumentos. Eso que ustedes llaman “linchamiento o escarnio político” es sólo el rechazo de quienes se sienten ofendidos por esa decisión que en su momento tomaron como cúpula perredista con la candidatura de Abarca. Pueden argüir todo lo que retóricamente les plazca, la credibilidad del PRD está por los suelos y muy al contrario de lo que “Los Chuchos” dicen, permea en el ambiente la idea de que el PRD sí sabía de los vínculos criminales, si protegía a la pareja y si los escondió en Iztapalapa. Y entre más hablan más se hunden.

Resulta que Miguel Barbosa, líder de los perredistas en el senado recomendó a sus ex compañeros de Nueva Izquierda y a la dirigencia nacional partidista aclarar sus relaciones políticas, personales y de negocios con Abarca y acudir voluntariamente a declarar ante la Procuraduría General de la República, porque los vínculos "van a salir pronto", sentenció el vengativo correligionario. El revire vino de Jesús Ortega, quien expresó que “Barbosa era coordinador nacional de Nueva Izquierda cuando fue electo Abarca”. Las cachetadas van y vienen.

En el deslinde de responsabilidades sale a relucir el nombre de Guadalupe Acosta Naranjo, integrante distinguido de “Los Chuchos”, excandidato a gobernador de Nayarit a quien se le señala de supuestamente estar vinculado con el escondite donde encontraron a los Abarca. Acosta se defiende y se deslinda la las acusaciones que supuestamente derivan de la actual diputada federal perredista por el distrito de Iztapalapa Aleida Alavez. Malo para Naranjo, recuerden que el exdirigente del PRD aún no se puede quitar de encima la sospecha de aquel cajuelazo del 23 de septiembre del 2010 donde encubrieron al narcodiputado, aún desaparecido, Julio César Godoy Toscano para que pudiera rendir protesta en San Lázaro teniendo en su contra tres órdenes de aprehensión relacionadas con delincuencia organizada. Godoy había sido introducido desde el 21 de septiembre escondido en la camioneta del vicecoordinador perredista, Guadalupe Acosta Naranjo. Nos quedamos con la versión de que utilizaron el carro de Naranjo y que supuestamente él no dio su consentimiento.

Godoy se convirtió en diputado federal con fuero (al final inútil) gracias a un acuerdo político de alto nivel. La cadena de complicidades entre políticos, varios de los cuales actualmente tienen cargos de relevancia, se impuso de forma truculenta y burlesca. Hay quienes dicen que la historia de un PRD arrepentido, pidiendo perdón por haber encubierto a un delincuente, es una película que ya habíamos visto antes.

Para concluir, en el caso de Iguala, resulta muy incómodo para la dirigencia de Nueva Izquierda asumir la responsabilidad política y sin embargo deben admitir que aún no se ha dicho todo. Me parece que esto es apenas el inicio de una debacle que cruje. Las declaraciones de Abarca y su mujer son cruciales y Ángel Aguirre Rivero lo sabe. También saben muy bien “Los Chuchos” que llegado el momento más les vale que encuentre vivos a los 43 estudiantes, porque si los encuentran muertos, el crujido del PRD será de lamentables consecuencias políticas. Insisto, por encima de los argumentos tizna la sospecha. Las razones que esgrimen en el PRD, no convencen (H.F)©


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